viernes, 8 de marzo de 2013

Palestina lo sabe


No mintamos más, no sabemos nada. Creemos que sabemos, pero la verdad es que no tenemos ni idea. Pero aún así juzgamos, siempre juzgamos. Creemos conocer el miedo, pero no es así, ¿acaso sabemos lo que es vivir cada día pensando si mañana seguirás vivo?, ¿no verdad? , entonces no hablemos de miedo. No hablemos de miedo si nunca nos han despertado las bombas y los disparos impactando contra nuestra casa en medio de la noche, si nunca hemos tenido que pasar días escondidos en agujeros para evitar morir. Si nunca hemos temblado al escuchar los aviones sobrevolar nuestras cabezas, si nunca nos han arrancado a nuestros hijos de los brazos. Cuando dicen que la vida es bella, ¿A la vida de quien se refieren? ¿A la de esas niñas que a los ocho años, no pueden ir a la escuela porque tienen que cuidar de sus hermanos pequeños, o quizá a la vida de esos niños que limpian las lágrimas de sus madres, mientras intentan ser fuertes por ellas? Esos niños que nunca serán verdaderos niños, que crecen de golpe y a golpes; que no juegan con pistolas porque saben que matan, que saben que cuando falta a la escuela un amigo, ya no volverá nunca más. Niños que no duermen, que no viven, porque cerrar los ojos no significa que se vayan a ir los fantasmas, porque lanzar piedras contra un tanque no es suficiente. ¿Cómo se puede torturar de semejante manera a un ser humano? Es tan cobarde esa actitud de aislar tras un enorme muro a un pueblo para luego masacrarlo. ¿Con qué disculpa, con qué motivo, con qué pretexto? Con ninguno; no hay manera de disculpar semejante barbarie. Y mientras nosotros, ignoramos los gritos de dolor de una tierra que nos reclama, disfrazando de guerra un verdadero genocidio. Nosotros no sabemos que es el miedo, no sabemos que es el hambre, ni la rabia, ni el verdadero dolor, pero desgraciadamente hay alguien que si lo sabe. Palestina lo sabe.
Ángela Rodríguez 4º ESO

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