Yo era uno de esos niños, nadie sabía lo que nos
iba a pasar, nuestra gran ilusión era salir de allí. No teníamos comida en buen
estado, trabajábamos todo el día sin descanso y cada día desaparecíamos unos
pocos de nosotros. Yo me llamo Eloísa Carbone, tenia 8 años cuando unos
soldados nazis me secuestraron y me llevaron a este campo, no iba sola
conmigo iban mi abuela, mi madre y mi hermana pequeña de 1 año. En las
dos semanas primeras de estancia en el campo mi abuela y mi hermana
desaparecieron. Mi madre y yo teníamos miedo, no sabíamos que hacer. Mi madre me
decía que cuando vinieran a por ella que no me preocupara si no volvía, que la
iban a llevar los soldados a dormir durante mucho tiempo. Yo no sabia que eso
quería decir que me iban a separar de mi madre para siempre. El día que se
llevaron a mi madre estaba tranquila, creía que la iban a sacar de allí. Todos
los adultos que nos veían a los niños y niñas
aterrorizados nos decían que no
pasaba nada, que miedo lo tiene todo el mundo, que nuestros familiares habían
salido de allí para siempre y que no
volverían a sufrir allí nunca más, eso nos tranquilizaba hasta que nos enteramos
de lo que le había pasado. Todos nuestros seres queridos y hermanos habían sido
asesinados por los nazis porque querían
exterminarnos ¿ser judío es tan malo? Eso me lo preguntaba todos los días antes
de irme a dormir. Aunque yo nunca dormía demasiado el miedo y el terror de la
noche allí y de lo que me podía pasar no me dejaba dormir. A los 10 años me
obligaron a ayudar en la construcción de un alojamiento dentro del campo para
los nazis vigilantes. Trabajamos todo el día, sólo parábamos para comer un trozo
de pan y agua sucia, no fue una buena infancia. Cuando llegaron mis 11 años me
sacaron del campo creía que iba a tener el mismo el futuro que mi familia y así
fue a los 11 años de mi corta vida fui golpeada por los nazis y casi me muero,
pero gracias a una importante persona del gobierno que llegó en ese momento
todos los nazis fueron castigados y yo llevada de urgencia a un hospital. Nunca
olvidare su gesto de cortesía hacia mí, aunque no fuera de su raza, como ellos
decían mientras me golpeaban.
Todos somos iguales da igual la raza o religión
solo importa como eres, no discriminéis como los nazis, ser todos iguales por un
futuro mejor para todos.
Susana Leiguarda 1º ESO
Fuente imagen: http://www.jrcasan.com/Noticias/Auschwitz/page_01.htm
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