En esta pequeña historia voy a narrar el
suceso mas trágico de mi vida y por el que incluso hoy en día sigo sufriendo.
Nos situamos en el año 1937, en España había
estallado la guerra civil, todos teníamos miedo, sabíamos que con una simple
queja podrían matarnos. Mi padre Gerardo López, luchador y orgulloso de su
familia, obrero y republicano que defendía los derechos de su familia y de los
ciudadanos por encima de todo y no le temía a ningún hombre convencido para
matar que se interpusiera en su camino, se encontraba perseguido por los
militares, todos temíamos por su vida e intentábamos ayudarle, este seguía
luchando junto con sus compañeros y no podían volver a casa, cada noche la tenían
que pasar en un sitio diferente. Mi barrio se encontraba vigilado día y noche,
era un barrio obrero de familias numerosas en el que todos sus habitantes
luchaban por sus derechos, los militares, hombres convencidos para matar,
vigilaban mi casa día y noche, yo una niña inocente de 8 años no sabía lo que
sucedía, preguntaba pero no obtenía respuestas, claro mi madre no quería
preocuparme y tampoco tenía el cuerpo como para aguantarnos a mis hermanos y a
mí y menos para darnos explicaciones, sabía que tanto la vida de su marido como
la de sus hijos corrían un grave peligro. En las calles solo se oían las
amenazas de los guerrilleros y alguna que otra gracia a costa de las mujeres
del barrio que pasaban por allí con tremendo sigilo, sin buscar bronca.
En la noche del 13 de junio de 1937, cuando
los militares dormían, yo sentí ruidos en la casa y una voz familiar que hacía
mucho que no escuchaba, era la voz de mi padre. Había venido a casa para darle
noticias a mi madre, yo bajé a la cocina y me asomé a la puerta, sabía que mi
madre no me dejaba levantarme por la noche y que corríamos peligro si mi padre
estaba allí. Uno de los militares, que tenía mal sueño, estaba de guardia y
escuchó a mis padre hablando en la cocina, pues las ventanas no eran nada
buenas. Despertó a sus compañeros, ya estaba amaneciendo cuando se escucharon
unos fuertes golpes en la puerta, mi padre salió de casa por la ventana del
corral y mi madre acudió a abrir la puerta y yo que no me separaba de ella
también fui.
Los hombres preguntaron por mi padre, mi
madre les dijo que ya hacía diez semanas que no venía a casa, pero los hombres
nos apartaron de un fuerte empujón y entraron en casa, mi padre, que estaba
escondido, sufría una enfermedad de pulmón y en ese momento tosió, lo que hizo
que uno de los hombres lo oyese y lo encontrase, mi padre fue detenido y
fusilado, cuando yo tenía 16 años mi madre murió de una enfermedad dejándome a
mi al cargo de la casa y de mis dos hermanos mas pequeños.
Hoy en día, a mis 85 años de edad sigo
buscando a mi padre con la misma tristeza con la que viví ese momento, ahora
unas personas anónimas piden perdón, pero por mucho que se disculpen, ¿quien
cura las heridas?
Fuente imagen: http://www.iescasasviejas.net/1.web/ccss1/cuartodeeso/guerracivil/guerracivil.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario