Yo
soy Alejando Saavedra, soy uno de estos niños que ha sufrido maltrato psicológico
y maltrato físico.
Me
han utilizado como cobaya de experimentos, me han inyectado muchas medicinas
para probarlas, a ver si funcionaban con otros seres humanos.
Yo
como niño judío veo injusto todo lo que están
haciendo sufrir a tantos niños como a
los adultos y mayores de edad, tampoco veo justo la desigualdad entre los nazis
y los judíos.
Últimamente
nos ha tratado peor, nos quieren cortar el pelo, quitar los zapatos y más
cosas, no entiendo por qué nos han puesto este pijama tan horroroso que no deja
que nos expresemos mediante nuestra ropa, aunque en esta época no hay mucho
donde elegir, ya que la humanidad no tiene mucho dinero y menos nosotros los judíos.
Vivimos
todos juntos en unas casas que tienen rejas y están hechas con ladrillo para que
nadie intente escapar, ya que el sufrimiento va a más.
Unos
tienen camas de paja y otros no, unos por defender sus derechos han sido
castigados con condenas muy duras.
Los
nazis a día de hoy son muy crueles con las personas pero sobre todo con nosotros
las personas que, según ellos, pertenecemos a "otra raza" y no podemos defendernos.
Cuando
nosotros pensamos en algo ellos nos están vigilando como si supieran lo que
estamos pensando. Ellos creen que nos pueden castigar con sus miradas pero no
nos hacen mal porque nosotros podemos pensar y creer en algo, ellos no porque
son personas maliciosas que no pueden pensar en los demás, sólo en si mismos, además
quieren que nosotros demos lo mejor de nosotros haciendo los trabajos o tareas
que nos mandan todos los día.
Pues
un día a mi me gustaría decirles lo que pienso ya que un día me van a matar o
por culpa de las radiaciones, de los medicamentos o de que me maten ellos, como
llevan haciendo como muchas personas.
Un
día me he levantado y me he dado cuenta que lo único que tengo en la vida es a mi
madre, porque mi hermana Sofía y mi hermano Pablo fueron fusilados por el subdirector
de los nazis, a mi padre Francisco lo
mataron con un apuñalamiento en el corazón. El ultimo día de mi vida fue cuando
fui decapitado tras decirle a los nazis que eran unos injustos con la vida, que
se lo devolvería y que les deseaba lo peor aunque el sabia que peor no les
podía ir en la vida. En el más allá sabía que un día mi madre saldría de ese infierno que es esas personas.
Al
final mi madre salió y fue feliz durante el resto de su vida aunque sabia que nada
le devolvería a sus hijos y a su marido.
Sandra López Álvarez 1º ESO
Me encantó tu relato, parece tan real...
ResponderEliminares precioso, aunque también me gusta la foto :)
Un saludo,Rut XD
Gracias jaja :)
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