Me
acuerdo como si fuera ayer, ese dolor, esa soledad, todos esos sentimientos no
se me olvidarán.
Yo
estaba allí sentada, no sabía qué le estaba sucediendo a mi hogar, de repente
todo quedó reducido a escombros, pero en aquel momento era demasiado joven para
darme cuenta de lo que allí ocurría, lo único que quería era estar con mi
familia entre los brazos de mi madre.
Estaba
sola y tenía hambre, no sabía que hacer, solo lloraba por lo que me estaba
sucediendo, entonces escuché pasos y giré la cabeza para ver si era mi madre,
no, no era mi madre era un hombre desconocido que se acercaba a mí, pensé que
vendría a ayudarme pero para mi pesar no era así, se puso a una distancia
prudencial como si tuviera alguna enfermedad y saco algo extraño para mí, era
una cámara que me apuntó con ella. Cuando obtuvo lo que quería se marchó
dejándome allí sola y con hambre.
No
sé de donde saqué las fuerzas pero anduve a gatas mucho tiempo y encontré un
refugio, donde me acogieron y donde sobreviví todo este tiempo.
Sonia
Rodríguez Rodríguez
4º
ESO
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